Vidrio en movimiento
15/02/2012
POR PAULA BALDO - pbaldo@clarin.com
El estudio RTN diseñó un edificio de oficinas con un muro cortina no tradicional con parantes cortados en diferentes ángulos para trazar un dibujo en sentido vertical.
- Fotos
- <<<
- >
Una piel de vidrio descontracturada le da identidad al frente de un edificio de oficinas en el barrio de Nuñez proyectado por Javier Rivarola, Gustavo Trosman y Ricardo Norton, del estudio RTN.
En el aparente desorden que muestra a primera vista la estructura vidriada esconde, sin embargo, un orden subyacente. Así, la funcionalidad y la intención de bajar los costos en la resolución de la fachada fundamentan la propuesta, alejándola de un capricho arquitectónico.
Al tratarse de un edificio entre medianeras en un lote chico y de frente angosto, los arquitectos pusieron el acento en el carácter distintivo que podía adquirir la fachada. “Concientes de que los elementos fundantes de un edificio de plantas libres son, básicamente, la estructura, el núcleo circulatorio y la piel, ha sido la piel la protagonista y generadora del proyecto”, explican.
Mediante la combinación de cinco tipos de ventanas diferentes, los proyectistas exploraron la posibilidad de generar una fachada vidriada alejada de la modulación ortogonal tradicional. Tomaron como base del muro cortina los mismos parantes que se usan habitualmente cortándolos en diferentes ángulos para trazar un dibujo en sentido vertical.
De esa combinación resultó una estructura vidriada con modificaciones de la piel particulares en cada piso. “Se trabajó mayormente in situ, solo se hicieron en taller las ventanas vasculantes trapezoidales”, puntualiza Trosman. Estas últimas coinciden con el sector central de cada piso y conforman los paños que se abren para permitir la ventilación natural, lo que exigió el estudio de su geometría para que pudiera proyectarse la hoja sin interferencias.
Los parantes están sujetos al frente de cada losa con una planchuela de ajuste y por su sección quedan deliberadamente acentuados en el plano vidriado. Por el contrario, las uniones horizontales entre paños se intentaron disimular al máximo con perfilería rehundida y de menor sección. Por otra parte, aprovechando la orientación sudeste del frente, se utilizó vidrio incoloro para dejar expresado todos los componentes de la fachada hacia el exterior.
“Los pequeños balcones del frente generan un tajo vertical que recorre todo el edificio y le confiere volumen a la piel que es, por definición, esencialmente bidimensional”, comenta Trosman. Y explica que la incorporación de los balcones responde esencialmente a una exigencia del Código por tratarse de unidades apto profesional. De ese modo, al rehundir la fachada, se introduce un quiebre en la piel de vidrio y deja de ser una superficie para transformarse en una caja.
Ese tajo en el frente del edificio también organiza el hall de acceso en la planta baja, cuya estructuración es una extensión de la lógica de la concepción de la piel en su totalidad. Allí, el frente de vidrio tampoco conserva la ortogonalidad y pierde el plomo en el plano de la fachada. Y se destaca la caja de guatambú que enmarca la puerta de ingreso.
Los primeros dos niveles se desarrollaron en dúplex a modo de transición entre la planta baja y las plantas tipo. Por otra parte, como contrapunto, los retiros se simplificaron al máximo.
Las estrechas dimensiones del lote permitieron diseñar la estructura con apoyos en las medianeras y en el núcleo. Por lo tanto, no hay columnas a la vista en ningún sector de la planta, de unos 100 metros cuadrados cada una. “Solo se agregaron columnas de sección circular detrás del muro cortina del dúplex para darle rigidez ante las vibraciones y el viento”, acota Trosman.
La estructura se calculó como losas sin vigas (salvo en la medianera y en el núcleo), cuidando los detalles de ejecución porque se dejó expuesto el hormigón en los cielorrasos. “Tratamos de elegir terminaciones y materiales lo más esenciales posible”, explican los proyectistas.
Los arquitectos también se preocuparon por preservar de la vista en la fachada la instalación de aire acondicionado. Las oficinas se entregaron con un tendido mínimo de conductos, donde las unidades exteriores se dispusieron en el contrafrente. “Aprovechamos que cada unidad ocupa la totalidad de la planta tipo”, explica Trosman. El único equipo a la vista está en el balcón del primer piso, que corresponde la unidad en dúplex del frente.
Por último, las cocheras se resolvieron en subsuelo, con un sistema de doble nivel con rampa móvil.
Edificio Ruiz Huidobro 1647, CABA.
Proyecto: RTN Arquitectos, Javier Rivarola, Gustavo Trosman, Ricardo Norton, arquitectos. Dirección de obra: Potap Ingenieria. Desarrollo: Powen land Developers.Superficie construida: 1307 m2. Superficie terreno: 185 m2. Superficie propia: 850 m2.Año: 2010.
Fotos: Gentileza RTN Arquitectos.
fuente: clarin.com suplemento arquitectura 15/02/2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por hacer tu comentario, lo evaluaremos y responderemos tu duda o sugerencia!
Saludos!